Este modelo consta de principios y orientaciones acerca de qué, cómo, cuando enseñar y como evaluar. Es una intervención planificada de un determinado contexto y orientada a la consecución de los objetivos con el fin de establecer las necesidades concretas.
El programa de intervención conlleva seis fases:
1.- Analizar las necesidades y características.
2.- Estudio de evidencia teórica e empírica.
3.- Análisis de recursos disponibles.
4.- Diseño de programas.
5.- Aplicación y de seguimiento de programas.
6.- Evaluación.
7.- Toma de decisiones sobre la mejora y continuidad.
Algunas de las ventajas de este modelo es: mejorar la intervención, estimula la participación y colaboración de profesores, tutores y padres.
Sin embargo tiene varias desventajas entre las cuales están: saturación de contenidos del currículo escolar, no existe una conciencia clara de la orientación, entre otros.
sábado, 12 de septiembre de 2009
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